Durante años nos dijeron que el placer era algo que llegaba “de afuera”.
Como si alguien más debiera provocarlo, activarlo, despertarlo.
Pero hay una verdad que, cuando la sentís en el cuerpo, no hay marcha atrás:
el placer es tuyo.
Y cuando te hacés cargo de él, no solo cambia tu sexualidad… cambia tu vida.
🔑 1. Nadie puede darte lo que vos misma no te das
Esperar que otro te descubra, te excite o te haga sentir viva…
es como delegar tu respiración.
El placer no es un premio ni una meta.
Es un derecho.
Y como todo lo valioso, se cultiva.
Para sentir placer primero necesitás una relación íntima con vos misma.
Y esa relación empieza en el cuerpo, no en la cabeza.
🔑 2. El cuerpo guarda el mapa. Vos lo leés o lo ignorás
Tu piel, tus zonas erógenas, tus ciclos, tus pulsos, tus “sí” y tus “no”…
todo eso vive en tu cuerpo desde antes que pudieras nombrarlo.
Pero si nunca te detuviste a explorarte, a tocarte sin fin ni culpa,
¿cómo vas a saber qué te gusta?
¿Cómo vas a enseñarlo a otros?
Conocerte es un acto de amor,
pero también de responsabilidad.
Porque cuando conocés tus caminos de placer, dejás de conformarte con lo que no te enciende.
Y eso… es libertad.
🔑 3. El placer sostenido transforma tu energía vital
El placer no es solo un momento de goce.
Es medicina, es energía, es claridad.
Una mujer conectada con su placer se vuelve magnética, lúcida y fuerte.
No necesita gritar ni imponerse.
Sabe.
Y esa sabiduría la guía en todo: desde cómo se alimenta hasta cómo se vincula.
El placer sostenido —ese que no depende de la pareja ni del porno ni del “buen desempeño”—
es un ancla que te devuelve al presente.
Y cuanto más lo conocés… más querés habitarlo..
🌿 Práctica sugerida: Exploración consciente sin objetivos
🕯️ Preparate: poné música suave, apagá pantallas, creá un espacio solo para vos.
🤲🏽 Respirá: inhalá profundo, exhalá largo por boca, y sentí tu cuerpo desde adentro.
🌸 Tocá: explorá tu cuerpo con lentitud, sin buscar llegar a ningún lugar. y... no vayas a las zonas erógenes directamente... recorre todo tu cuerpo entero.
🎧 Escuchá: ¿qué te gusta? ¿qué zonas están dormidas? ¿qué despierta placer sutil?
No es una sesión de autoerotismo (aunque puede terminar siéndolo).
Es una cita íntima con tu piel, con tu deseo, con tu verdad.
El placer no es lujo ni capricho.
Es tu brújula, tu energía disponible, tu conexión con la vida.
Y sí: es tu responsabilidad.
Pero no como una carga.
Sino como una invitación a conocerte tanto, que ya no necesites que nadie te “enseñe” cómo sentir.
🌹 Si esto te resonó, compartilo con otra mujer que necesite volver a sí.
Y contame abajo:
¿Qué espacio le estás dando a tu placer hoy?
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