Ciclicidad humana: tu tierra universal y la danza de tus tiempos

Somos tierra. Somos agua, aire y fuego. Y como la tierra que habitamos, también somos ciclo.
Dentro tuyo, aunque no siempre lo recuerdes, habita una danza de estaciones, de energías que se expanden y se repliegan, que florecen y descansan. En esta vida acelerada, muchas veces negamos esa verdad: que no siempre estamos listas para avanzar, producir o dar.
Hoy quiero invitarte a mirar hacia adentro, a reconocerte como parte de un ritmo mayor. Porque honrar tu ciclicidad es volver a casa.

1️⃣ Tu cuerpo: una tierra con estaciones

Así como la tierra respeta sus estaciones, tu cuerpo y tu energía también transitan momentos de expansión y momentos de pausa. Hay días donde sos pura primavera: ideas, energía, acción. Y hay otros donde el invierno te abraza, te pide descanso y silencio.
No te exijas ser verano cuando adentro tuyo cae nieve. Respetar tu propio clima interno es un acto de amor y sabiduría.

2️⃣ Reconocer la energía que habita hoy en vos

Cada día es diferente, y tu energía también. Permitite preguntarte:
💛 ¿Hoy qué energía vibra en mí?
¿Estoy en un momento de crear? ¿De recoger? ¿De soltar?
Esta simple práctica te ayuda a reconocerte y a gestionar tus tiempos desde el respeto, no desde la exigencia. El cuerpo habla… si te detenés a escuchar.

3️⃣ Dejar de forzar: el arte de habitar tus propios tiempos

Vivimos empujándonos hacia lo externo, hacia el “hacer constante”. Pero respetar tu ciclicidad es permitirte detenerte sin culpa, avanzar sin miedo, descansar sin excusas.
No sos menos valiosa cuando descansás. No sos menos poderosa cuando necesitás silencio.
Honrar tu ciclo es habitar la tierra sagrada que sos.

Práctica: el diario de tus estaciones internas

Cada mañana, tomate 3 minutos y registrá:

• ¿Qué siento hoy en mi cuerpo?

• ¿En qué estación interna estoy?

• ¿Qué me pide mi energía?

Este pequeño diario te ayudará a conocerte y respetarte, sin lucha. Acordate: vos sos la tierra. Y tu cuerpo es tu mapa.

Tu energía no es una línea recta. Es un círculo, una danza.
Compartí en los comentarios: ¿te permitís reconocer tu ciclicidad? ¿O te exigís ser siempre la misma?
Tu experiencia puede abrir el camino a otra mujer que, como vos, busca habitarse con amor.

Gracias por estar en este camino. 🌿