Vos, que caminás el sendero de lo sutil y lo cotidiano, sentís en lo profundo que hay rincones tuyos que evitás. Ahí donde palpita una emoción no reconocida, una creencia limitante o un miedo no invitado. ¿Y si te dijera que abrazar esas sombras es abrir la puerta a tu propia luz? En ese rincón velado se esconde el germen de tu fuerza. Abrazarlas no es quedarte anclada: es ver, honrar y, desde el amor, aprender a evolucionar.
Primero, detenete. Observá sin juzgar: ¿qué sensaciones aparecen? ¿Ira, culpa, vergüenza, tristeza? Permitite nombrarlas. Llevate un cuaderno y anotá sin filtros. Esa palabra que suavemente aceptás es el primer paso para que deje de controlarte. Al reconocerla, le estás diciendo: “Estoy acá para vos, sin miedo ni rechazo”.
Luego, ponéste a dialogar. ¿Qué quiere decir esa emoción? Preguntale con amor: “¿Qué necesitás que yo sepa?” Escuchá desde el corazón, no desde la mente. Podrías darte cuenta de que esa sombra te protege, te cuidó en algún momento. Agradecé ese gesto. Cuanto más honramos esa parte, menos sentido tiene ocultarla.
Ejercicio diario de 5 minutos: cerrá los ojos, conectá con tu respiración. Sentí la zona del pecho. ¿Hay tensión, un nudo, una vibración? Llevá tu mano allí y decía en voz baja: “Estoy contigo”. Si aparece una emoción, dejala ser, como una invitada. Apreciá con cariño y después exhalá como si la dejaras ir en paz. Repetí varios días. Observarás que esa sombra pierde su densidad, y vos ganás armonía.
Te invito a quedarte un rato en silencio con vos misma. Compartí en los comentarios: ¿qué parte de tu sombra reconociste hoy? ¿Qué te dijo? Tu experiencia puede iluminar a otras mujeres que también buscan su camino hacia la integración. Gracias por estar aquí, por ser entera. Cada parte tuya –luminosa y oscura– conforma el hermoso ser que sos. Y al abrazarlas, te permitís evolucionar con ternura y valentía.
Mel
LO MAS RECIENTE
Melina Hollman ® 2025 | Política de Privacidad | Términos y Condiciones | By Conceptiva Digital